jueves, 11 de septiembre de 2008

Escribiendo en la Arcilla

Escribiendo en la Arcilla

Se los denomina pictogramas y por lo tanto el tipo de escritura que representas es pictografía. Para denotar un recipiente o un animal determinado no será preciso la representación detallada de sus figuras sin o que bastara con un dibujo abreviado. Gradualmente se irá imponiendo una determinada versión simbólica-abreviada- de un animal o de un recipiente consensuado por el de la saciedad escribiente.

Esa idea se basó el dibujos sobre sellos del periodo denominado U’baid, impresos en arcilla y que adquirieran significados simbólicos. De apoco los dibujos adquirieron significados mas arbitrarios. “Por ejemplo se escogió un jarro con pico-ejemplifica Gordon Chide- para designar una determinada unidad de volumen, el gur. Dibujando trazos en el cuerpo del jarro podrían distinguir un gur de cebada (dos trazos), de un gur de cerveza (tres trazos). Esto ya se realizaba en el cuarto milenio antes de cristo”.
Los caracteres ya no eran puramente pictográficos: ya eran ideogramas.
Adoptar nuevos dibujos, variar los ideogramas preexistentes, probar las diversas combinaciones para expandir el sistema para volcar en trazos las ideas y conceptos que debían registrarse. Eso hicieron los chinos. Los sumarios buscaban otro camino.
Los nombres sumerios eran en su mayoría palabras monosílabas: boca, ka. El grafico de la cabeza humana que designaba esa palabra y la idea de “boca” designaban también el sonido ka. Se logro de este modo un rasgo fonético que podía ser usado como símbolo o como fonograma. Con el intercambio de los mismos podían decir nombres y palabras combinadas en vez de necesitar la creación nuevos signos (ideogramas).
Los sumerios empezaron a crear este sistema en periodo dinástico primitivo. Preservaron una serie de dibujos empleándolos aun como ideogramas. Además eran utilizados fonéticamente para decir nombres diversos. A veces se deletreaba una palabra y se añadía un ideograma- llamado determinativo – para especificar que clase de palabra era. De esta manera la cantidades uso no aumento con el desarrollo de sistema de escritura como sucedió con la escritura china, sino que decrecían en las mas antiguas tabletas del periodo Uruk tal vez se utilizaron unos 2.000 siglos. Alrededor del tercer milenio a.c. se limitaban a unos 600.

Junto
Con la reducción se dio una simplificación fruto de un cambio en el trazado de estos signos: ya no se delineaban, bastaba la inserción de un punzón cuneiforme sobre la arcilla blanda. “la escritura con signos fue evidentemente inventado por los sumerios para escribir el idioma sumerio… pero las poblaciones urbanas eran cosmopolitas y en Akkad por lo menos, incluían a muchos semitas. Después del año 3.300 a.C., los caracteres sumerios eran fonéticamente para transcribir los nombres de reyes semíticos. Pronto los semitas llegaron a emplear la escritura de signos para los documentos oficiales y comerciales en idioma akadio - semítico – deletreando las palabras semíticas y usando también ideogramas”, comenta V. Gordon Chide.
El grabado de los números era tan imprescindible como la escritura de vocablos. Para contabilizar los renos conseguidos en una cacería muy numerosa o el número de cabezas de cualquier rebaño se realizaban marcar en un madero. Cuando las cantidades eran exorbitantes, este era prácticamente anticuado. Para ello se creo una convención que permitirían salvar la ruidosa tarea de marcar cientos de puntos o líneas sobre una superficie y luego tener que contabilizarlas una y otra vez.
Los números menores de 10 se marcaban con el viejo sistema, mediante grupos de 1 a 9 impresiones semicirculares hechas con una caña que se sostenía en forma oblicua con un nuevo símbolo: el circulo estampado con la caña verticalmente sobre la arcilla; fijaban el 20 con los dos círculos iguales y así sucesivamente. Cuando debieron medir bebidas fermentadas - cerveza – tuvieron que crear un nuevo signo, un semicírculo realizado con una caña mayor que expreso la cifra 60; pero al realizar la medición de granos, dicho signo representaba el 100 en las tabletas más antiguas.
Así, en otros tiempos se usaba una anotación decimal (1. 10, 100) y una sexagesimal (1, 10, 60, 3.600), simultáneamente. El Súmer el sistema decimal fue abandonado, y después del año 2.500 a. C. solo se empleo el denominado sexagesimal.
Dada su naturaleza convencional, el sistema de escritura y numeración incluidas las operaciones aritméticas debió ser transmitido a través de la educación.
Para cumplir con sus tareas administrativas los ministros religiosos debieron realizar el arduo aprendizaje de la lectura y la escritura de los signos establecidos por convención en el círculo social en el que se circulaban estas habilidades.
Las primeras series de tabletas que se conservan ofrecen junto con los cálculos listas de signos. Esta habría sido en un principio la simple constatación de las convenciones establecidas. Se suponen que eran copiadas para utilizarlas en la transmisión y el aprendizaje. Al momento del periodo dinástico primitivo ya se habían vuelto virtuales diccionarios.
Como no se las podía ordenar alfabéticamente ya que eran series de ideogramas, se las agrupaba por palabras que se expresaban como signos – dibujos parecidos. Por ejemplo, todas las palabras referidas por el abreviado dibujo en un jarrón (dic) y sus distintas derivaciones constituían un bloque común. Por lo tanto no solo se distinguían los distintos tipos de jarras, sino también el producto que contenían la cerveza, leche, vino- y también las distintas unidades de medición de las materias contenidas en esos recipientes.
Cuando se decidió la compilación de palabras deletreadas se siguió un procedimiento análogo, presentado solo sustantivos no verbos ni adjetivos – que completamente en una columna paralela el equivalente semítico – akadio de cada uno de los términos.

Enjambre de lenguas

Este sistema ha servido para escribir no solamente en lengua caldeada y asiría, sino las lenguas de todos lo países vecinos; el suriano, el armenio, el capadocio, el medo y el persa. La escritura caldea y asiros era muy complicado. Cada signo estaba formado por la reunión de varias cuñas. En los tiempos antiguos un signo representaba una palabra, como en los jeroglíficos.: por ejemplo el sol, luna, pescado. Luego se escogieron ciertos signos para representar solamente a una silaba: ba, bi, ga, la, lum, cat y en estos caracteres silábicos se escribieron la mayor parte de las palabras.
Pero habían cambiado más de doscientos caracteres silábicos, muchos de los cuales se parecían y era fácil confundir. A demás, se habían conservado algunos de los antiguos caracteres, de los que cada uno representaba una palabra y ocurría con frecuencia que el mismo signo sirviera a la vez para designar la palabra entera y una silaba.
Había también signos que podían leerse de dos maneras completamente distintas, por ejemplo an o ilu. Esta escritura era muy difícil, aun para los caldeos que necesitaban guiarse libros especiales., vocabularios, gramáticas y diccionarios. De ellos se han encontrado muchos que han ayudado a los investigadores a descifrar los otros textos.
El nombre de la escritura cuneiforme proviene de las formas que tenían los caracteres que lo integraban, los que en su comienzo era graduados sobre la arcilla por medio de una herramienta seccionada de manera triangular.
Las escrituras cuneiformes esta constituidas por combinaciones de un mismo signo en forma de clavo o de cuña y dispuesto de manera horizontal, vertical, oblicua y a veces duplicado, presentando las dos cuñas en ángulo obtuso y medidas por su extremidad mas ancha.
Tres lenguas de Asia central eran cuneiformes: persas, medos y asirios.
Cuando los persas adoptaron el sistema cuneiforme eligieron signos para representar las vocales o las consonantes, adoptando un procedimiento análogo al que habían seguido los fenicios para deducir su escritura de la hierática egipcia.
Esta transformación se dio hacia S. VI d.C. Se cree que las escrituras babilónicas y ninivitas proceden de una antigua escritura ideografiíta o representativa de la cual quedan aun huellas en los ideogramas o signos con valor ideográfico que a veces aparecen combinados con la escritura cuneiforme tanto silábica como alfabética.
El historiador griego Herodoro comenta que su pueblo conocía este tipo de escritura como “asyría grammata”, es decir caracteres con los que se inscribían lenguas desconocidas hasta ese momento. De todos modos, la escritura cuneiforme fue la más utilizada en oriente medio por más de 3.200 años.
La cultura persa, que se contacto con los alemitas produjo al fin una escritura de de apariencia cuneiforme pero que llego a convertirse en alfabética.
Además de Herodoro, la primera alusión a un texto cuneiforme pertenecía a Pietro Della Valle en el año 1612. Desde la época de los descubrimientos y la expansión geográfica de la economía europea y con más énfasis en los siglos XVIII muchos viajeros realizaron referencias a las inscripciones de los persas y hacia fines de ese siglo se produjeron transcripciones bilingües. En lengua persa antigua, elamita y babilónica. El primer paso de la interpretación se dio al advertirse que en lengua persa, una cuña en posición oblicua servia para separar palabras y se entendió que inscripciones debían pertenecer al periodo de la dinastía aqueminida y por lo tanto debían haberse escrito en una lengua semejante a la de los textos del Ayesta.
Comparando las tres lenguas silábicas eran las que ofrecían la mayor cantidad de signos en tanto en tanto que las restantes eran de carácter alfabético. Estableciendo comparaciones con el iranio antiguo y la lista de reyes detallada por el historiador Herodoro, se pudo determinar el valor de quince signos alfabéticos del antiguo idioma persa.
Luego se reconoció en el elamita a la primera de las lenguas silábicas y en el idioma babilónico el mas abundante en los signos: mas de 300, cada uno de los cuales podían emplearse indistintivamente como valores silábico. A pasar de la complicación de tal procedimiento, la escritura cuneiforme gozo de amplia difusión en todo el cercano oriente.

Los testimonios

Muchos de los documentos han llegado a nuestros días dando testimonio tanto de la organización política y económica como también de su religión e incluso de sus primeras obras literarias. Entre tanto cabe destacar el cilindro del Rey Darío que llevaba grabado caracteres cuneiformes. Figura en la inscripción el nombre soberano y un texto inscripto en tras lenguas: persa, elamita y babilónico.
El cilindro grabado que se utilizaba para fines oficiales, se imprimía sobre las talillas arcilla y tenia el mismo valor que actualmente tiene nuestra firma. En este cilindro se encontraba representada una escritura en la que el rey, subido a su cuadro junto a la auriga, casaba aun león que se erguía sobre sus patas posteriores; en unja de sus manos el rey portaba un arco, símbolo del poder imperial. Sobrevolaba la escena la imagen alada del dios Ahura Mazda (Ormuz), conocido como “señor blanco”, Dios de los antiguos persas, creador y su padre universal.
Tenía también importancia para el aparato estatal el arte de glíptica. Esta palabra proviene del griego (gliptein, tallar, grabar) hacia referencia propiamente al arte propiamente dicho de grabar de grabar en el acero los años destinados a la fabricación de monedas y medallas.
El origen de este arte data del milenio IV antes de cristo y apareció por primera vez en Irán y en el norte de la Mesopotámica asiática. La fuente de inspiración solía ser la mitología sumeria y esta técnica de grabado se difundió por la tierra de los elamitas, Siria y asiría.
La forma cilíndrica era la más corriente en Mesopotámia y se efectuaba el grabado sobre superficies de piedra previamente perforadas. Hacia finales del segundo milenio antes de Cristo los sellos alcanzaron su mayor perfección en la cultura akkadia donde junto con la producción de estos sellos se realizaron vasijas de onix y de cristal de roca. Muchas preinscripciones cuneiformes quedan en publicaciones públicas y privadas. Todas se rebelan desde pequeños detalles de la vida cotidiana de la civilización babilónica hasta monumentos literarios o jurídicos de altísimo valor histórico.
Puede apreciarse el detalle de una escritura cuneiforme asiría, grabada en un relieve de Nimrud que representa un genio que lleva una situela -cubo de metal de asa móvil- en la mano. Una tablilla de oro que perteneció a Darío y que procede de los cimientos de la apanada –sala grande de audiencias de soberanos aquemenidas- de Persepolis. Se le encontró junto a una tablilla de plata, en un nicho de piedra. Ostenta una inscripción en caracteres cuneiformes trilingües (persa antiguo, babilónico y elamita) en la cual Darío atribuye a la voluntad de Ahura Mazda la formación del imperio e invoca su bendición.
Una estela del rey Hammurabi contiene el famoso código, una de las recopilaciones de leyes más antiguas. Se lo ha retratado al monarca de pie ante el Dios Samas que sostiene en la mano el bastón y el aro, símbolos del derecho y le dicta la ley. Este fue el sexto rey de la dinastía semita de babilonia, en torno al segundo milenio antes de cristo. Fue el fundador de un imperio que se extendía desde el Golfo Pérsico al de Diyabakir y de los Zagros a los desiertos del oeste.
Prudente, hábil en el ejercicio de las soluciones políticas a las militares. Estableció, después de centralizar el poder y la administración imperial la sede monárquica en babilonia. Otorgo un carácter divino a su reinado divino a su reinado volviéndolo hereditario por la rama masculina y regularizo todo el cuerpo legislativo por medio de su famoso código. Este es una estela de forma cilíndrica que fue descubierta en Susat en 1902.
Se trata de un bloque de diorita semejante a una columna que tiene esculpidos lo artículos en columnas paralelas. En la parte superior hay un relieve que representa Hammurabi orando ante el dios Shamash o dios del sol. La escena nos recuerda a Moisés en el monte de Sinai recibiendo las tablas de la ley. Escrito en asirio, el código constituye un monumento clásico de la civilización babilónica. Es importante señalar su influencia en la practica jurídica de los persas, así lo atestiguan fragmentos de copias del código cuyas formulas fueron empleadas por cirio y Darío I.
Los historiadores del derecho han pedido descubrir la transmisión de sus formulas a través de de las distintas complicaciones jurídicas del antiguo oriente. El derecho babilónico se beneficio del campo que le abría la unidad administrativa de un vasto imperio, y los intercambio que remultiplicaron fueron la ocasión de extender sus principios a nuevas regiones.
Nippur es un centro arqueológico que se han encontrado un gran numero de tablillas, fechadas entre 550 y 489 a.C. de enorme importancia, dado que se trata del archivo de una poderosa empresa comercial, la de los Murashu en plena actividad a fines del siglo V a.C. La documentación permite conocer lar estructuras óciales y económicas de Babilonia durante mas de dos siglos.
Los numerosos elementos para fecharla que proporcionan permiten esperar una solución completa al problema de la cronología. Estas tablillas son mencionadas en los relatos griegos de Heredoto, Jenofonte y Ctesias.
Cada testimonio escrito encierra, más de allá de una simple traducción, un universo de tradiciones, de creencias y prácticas culturales que reviven aquel universo asirio, caldeo, elamita. En un prisma octagonal de Khorsnbad, de texto asirio., escrito en caracteres cuneiformes se celebran las hazañas de Sargon II. Avesta era el termina con el que se designaba el conjunto de libros sagrados de los antiguos persas. Estaba constituido por textos y autores diversos, que fueron recopilados definitivamente. En persa bajo Shapur (310-379ª.C.) según la tradición persa, el protector de Zharatustra, Kapi Vistaza, ordeno que el Avesta fuera escrito en caracteres de oro y que se incorporara al tesoro real.
En la época de Alejandro fue traducido al griego, después de varias complicaciones se perdieron por parte de lo contenidos de tal manera que el Avesta actual solo tiene un parte de la versión original. Estaba formada por las Gathas ocánticos, textos métricos determinados por el yasna y cuyo lenguaje esta directamente relacionado con los primero aqueminidas.
El nuevo Avesta estaba compuesta por el yasna, con los textos divididos en 70 capítulos y recitados en el sacrificio del haoma; los disparad, divido en 24 capítulos, continuación del anterior; los yasts, con 21 capítulos hacen referencia a las divinidades del calendario iranio; la vendida o ley contra demonios con 22 capítulos es el es el único libro que se conserva la religión original; khura Avesta, que contienen oraciones menores.
El primer manuscrito se encontró en Europa con inscripciones cuneiformes date de aproximadamente de 1633 y el primer ejemplar completo fue encontrado en 1758 en Surat.
En Behistum, antiquisima población de la cual Kurdistan situada en el camino que va a babilonia esta Ecbatana se encuentran unos bajorrelieves conmemorativos de la victoria de Darío I sobre sus enemigos. Relata como el rey derrota al presunto usurpador del trono Gaunata “falso Bardiya” representándolo con el pie en el cuerpo del enemigo y una serie de hombres atados en la parte posterior.
En la parte superior aparece una representación de Ahura Mazdah o disco solar, del cual emerge la figura de un dios. Junto con estas figuras se encuentran unas inscripciones escritas en persa antiguo, neoelánico y babilónico.
Además hay mas relieve que representa a miltridates II (100ª.C) recibiendo el homenaje de cuatro sátrapas, cuyos nombres están escritos en griego.
El catedrático de arqueología de la Universidad Complutense de Madrid Antonio Blanco Freijeiro destaca la importancia que tubo el arameo lengua oficial y pragmática en la conformación de la identidad del imperio Persa. Al resto, comenta que si bien “es primer intento afortunado de unificar bajo un solo mando los pueblos del mundo civilizado fue el Imperio Persa, un exponente de criterio que presido la implantación de aquel orden fue la lengua oficial del estado, de la justicia, de trato cultural y comercial, no fue el idioma de los creadores del imperio, los Persas, sino la mas acreditada y generalizada entre los pueblos del próximo oriente, el Arameo, lengua franca que se hablaba desde Israel hasta Babilonia.
No hizo falta que nadie la impusiese; basto el buen sentido de Cirio el Grande y Darío I, los verdaderos creadores del imperio”.
Un imperio asentado en una base firme requiere unos principios teóricos, una horma previa a la que una inmensa raza humana, habrá de amoldarse de un buen acuerdo o por la fuerza.
El primer grupo humano que asumió la responsabilidad de implantar un ideario de ese orden fueron los acadios y el rey sargon de Accad el primer en titularse emperador del mundo. Junto con el los acadios - los babilonios, egipcios, hititas y mitannios -únicamente los asirios, único pueblo semíticos como lo acadios, lograron forjar estructuras imperiales de suficiente consistencia para que los Persas encontrasen en ellas los modelos mas acreditados.
Dos de estos imperios, primero el de los mitannios y después el de los hititas, había sido forjado por gente de habla indoeuropea. También los medos y persas, pertenecían a este tronco lingüístico y por tanto eran más europeos que asiáticos. Como parlantes de de una lengua salem (cien) los iranios se encuadran entre los indoeuropeos orientales, iguales que los mitannios y los hindúes, los que llevaron el sánscrito a la india.
La primera alusión a los Parruas los persas corresponde al año 844 a.C. y se encuentra en documentos asirios, los mismos que mas adelante, año 836 a.C. citan por su nombre a los madai los medos – también por primera vez. Es curioso que habiendo entrado tarde en Irán, al que darán su nombre y tan cerca ya de su ascensión al mundo no conservasen la memoria de su pasado tierras mas al norte de la cadena de Caucazo; o si lo conservaron, la historia que de ellos nos dejaron, tanto sus escritos como lo de los griegos, no se hizo eco de este suceso.
Los persas accedieron al Irán como hordas de pastores nómadas y en posición una flexible técnica de jinetes y guerreros, por lo tanto en condiciones optimas para construirse en capa dirigente de países débilmente poblados como los que denominaron sin demora.
Mucho fue lo que aquella etapa de nómades había de persistir en la siguiente, la sedentaria. En primer lugar las facetas primordiales de la educación del hombre persa tal y como herodoto las enumera: montar a caballo, disparar al arco, decir la verdad. En segundo lugar, el despego por los bienes raíces y el apego, en cambio, a los objetos sumarios y portátiles: vistosos arreos de hombres y caballos, la joya y vajillas de metales preciosos, las telas finas y bordadas.
Aun la regia que mejor conocemos, Persépolis, esta concebida y construida más como campamento de jeque que como palacio real.
“Solo una mente tan clara y una voluntad tan firme como la de Darío podía impregnar conjuntos como los de Persépolis y Susa de la unidad que ellos resplandecían, pese a que los autores de la obra era un conjunto de pueblos del inmenso imperio, desde los dibujantes hasta los porteadores”, comenta el catedrático Antonio Blanco Freijeiro.
Darío mismo nos dice que en el palacio de Susa los babilonios se encargaban de abrir las zanjas y de echar los cimientos; que la madera de cedros la habían traído los asirios desde el Líbano hasta Babilonia y después los asirios y los jonios, expertos marinos, de Babilonia a Susa. Los canteros eran jonios y sardios; los orfebres medos y egipcios; los que tallaron el ishmalu, sardios y egipcios; los que hicieron el ladrillos, babilonios,; los que adornaban los muros, medos y egipcios; de los arquitectos nada se sabe pues de Darío recaba para si mismo la inspiración de la obra; “ Este el palacio que yo levante en Susa…”
“La construcción del imperio persa supuso que para los pueblos integrados en el mismo advenimiento de una era venturosa como nunca la humanidad había conocido bajo regímenes despóticos como el de los asirios…”, explica Blanco Freijeiro.
Una ciudad como Mileto, los judíos que se habían visto libres de cantiboros de Babilonia y ayudados a volver a Jerusalén para construir el templo de Jehová, los fenicios que pusieron a disposición del imperio su incansable flota. Todos encontraron su lugar bajo de Persia. Todos menos los griegos de Asia. Los jonios que recibieron la solidaridad de los griegos del continente europeo. Esta solidaridad desato la primera guerra médica y la primera derrota imperial. Pese a su superioridad numérica el imperio persa ya no era invencible.
Blanco Freijeiro concluye que “andando el tiempo, apenas siglo y medio, Persia acabara desangrándose por aquella que parecía una herida insignificante, y al cabo de tres grandes batallas brindara a un griego de la periferia, casi un bárbaro, Alejandro Magno, un imperio dispuesto a helenizarse en buena parte y a construir esas síntesis greco-oriental que es el helenismo”. Pero esa será otra historia.

Bibliografía:
En la nota numero 1 (consudec Nº 865, Pág. 29) se incluye la biblioteca competa de la serie monografica.

domingo, 15 de junio de 2008

Hola Chicos:
Ya ha terminado el 1º Trimestre y todos han recibido sus libretas con las notas del rendimiento de esta primer etapa del año.
Algunos tendrán que estudiar un poquito más, otros van bien y otros DEBEN RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO. Sé que Tecnología de la Escitura tiene muchos datos, fechas, temas, tòpicos e información pero la misma está pensada para que juntos reelaboremos y pensemos como surgió la escritura en el mundo y cuales son los órígenes de las PC actuales.
Los invito a que usen este medio para consultas, dudas e inquietudes. Por lo que veo todo es muy claro y preciso, bueno, eso supongo porque no hay dudas ni inquietudes.
Aprovecho para agradecer a las alumnas que pasaron los dos últimos apuntes que no especifiqué sus nombres
La evangelización en América , Martina Salituri y Egipto, China y Japón, Ana Loscalzo ambas de 2º A a quienes desinteresadamente han dedicado parte de su tiempo para poder lograr que todos los alumnos puedan acceder a al información que hemos fotocopiado del CONSUDEC y que hace años los alumnos de los ECI vienen disfrutando y analizando.
Los invito a seguir estudiando, nos queda un apunte de esta serie y luego comenzaremos con otra temática pensada en función de Uds y sus aprendizajes.
Nos vemos el viernes en clase. Lean y estudien el APUNTE DE EGIPTO
Livia
Egipto, China y Japón: Escribir la belleza

“¿Puede el cántaro ser mas bello que el agua?
¿Puede la muerte de un poeta alumbrar el mundo?”
L. Söderberg
“El Nilo fluye, pero no se ara,
Porque cada quien dice:
No se sabe lo que vendrá.
El país da vueltas
Como el torno del alfarero…”
Ipu-Wer, poeta egipcio; (de un papiro conservado en la ciudad de Leida).


Egipto: una escritura para la inmortalidad

Cuando un pueblo llega a producir una escritura tan bella como lo hizo el pueblo egipcio uno puede advertir el tamaño de su patrimonio espiritual y cultural. Un sistema escriturario no es la invención de un faraón o un sumo sacerdote. Detrás de cada signo y cada instrumento que lo traza hay una larga historia cultural y una tradición que valoriza la belleza de este legado.
En el Antiguo Egipto la base de la escritura era la pictografía o sea que a cada objeto, animal o ser en general le correspondía un signo particular que era su representación pictórica: para escribir “sol” se trazaba un disco que reproducía al astro; para indicar “hombre” se dibujaba una figura humana. Pero este sistema no cubría una parte del discurso: los conceptos abstractos, los nombres propios y los modos verbales.
Para resolver el problema se agregaron a los signos ideográficos otros ideogramas, con el fin no ya de indicar el objeto, sino solamente su sonido. Por ejemplo, una vez establecido que el disco era el ideograma del sol, y que cada vez que se encontrase ese signo había que leer ra (sol), también se empleaba ese disco para escribir l parte inicial del nombre del faraón Ramsés. El desarrollo de la escritura no tenía un sentido prefijado; se podía ir de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo o viceversa.
No obstante el uso de los signos añadidos, la convención por la cual las figuras animadas presentes como ideograma estaban siempre vueltas mirando hacia el final del renglón, facilitan mucho la lectura de esa escritura que nosotros, mediante una palabra derivada del griego denominamos jeroglífica. Como los jeroglíficos se esculpían con una gran aplicación, o se trazaban sobre una superficie lisa utilizando pincel, en la práctica el sistema resultaba lentísimo. Por ello desde época temprana se desarrolló el uso de una especie de letra cursiva cuyos signos consistían en drásticas y veloces simplificaciones.
Esta segunda escritura más difícil que la anterior se denominó hierática o sacerdotal. Mucho más tarde derivó de está una variante aun más estilizada, la escritura demótica o popular.
Pero la primera jeroglífica es la que conocen todos: por cierto, la más bella de las inventadas por el hombre. El profesor G. Fatás, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza comenta que “una cierta preocupación estética de los escribas complica la lectura de los signos que, a veces, aparecen agrupados de manera que sus volúmenes formen, combinados, unidades coherentes, sin atender demasiado a otras reglas. En general, puede discernirse el sentido de la escritura recordando que los signos que representan a seres animados aparecen mirando hacia el inicio del texto”.
La escritura, inicialmente ideográfica, se fonetizó. Ciertos signos pasaron a cobrar valor fonético. La lechuza, cuyo nombre comenzó con M, pasó a significar exclusivamente la M; la boca adquirió el valor de su inicial r. A este conjunto de signos se les designó como fonogramas. Los hay que representan una, dos o tres letras.
Empero algunos fonogramas bi o trilíteros representan a veces dos combinaciones distintas. Para deshacer la ambigüedad es frecuente añadir un complemento fonético el signo.
En egipcio, como en muchas lenguas abundan las palabras que significan varias cosas (el término español “canto” alude a la música, a una piedra, a un borde, etc.) y las palabras distintas para referirse a una misma idea o concepto (mar o piélago). Se deshacían estas ambigüedades por medio de los determinativos (el signo “canto” seguido del dibujo de una corchea, por ejemplo, quedaría aclarado en su sentido concreto).
La escritura hierática, derivada de la anterior, es una especie de letra cursiva jeroglífica, empleada en la escritura rápida y no monumental (para escribir en papiros o tablillas, por ejemplo). Se escribe de derecha a izquierda y siempre horizontalmente a partir de La Dinastía XII. Se conocen muestras desde la Dinastía III y llega hasta comienzos de la era cristiana. En los últimos tiempos quedó reservada para usos religiosos (Dinastía XXVI), de donde sale su nombre griego de “sacerdotal”.
La escritura demótica o “popular” como su nombre lo indica, es una simplificación de la anterior, originada más modernamente (acaso en la Dinastía XXV) y perviviendo hasta el siglo V d.C. La escritura copta resulta de la adopción del alfabeto griego (más siete signos demóticos) para escribir la lengua egipcia. Se origina definitivamente en el siglo XII d.C. Se escribe de izquierda a derecha y sigue en uso entre los cristianos egipcios del río copto.
Como material escriturario emplearon el papiro y la piedra e incluso fragmento cerámicos.
Conocida toda la tradición de grabado en piedra y en cerámica, traslado de la escritura a un soporte flexible como el papiro trajo no sólo una serie de ventajas en la manipulación y almacenaje de los textos y registros sino que derivó en un cambio de los mismos estilos de escritura. El papiro era una planta de tallo trígono que alcanzaba considerable altura - 2 o 3 metros – con un grosor de 7 a 10 centímetros de hojas largas, abundante en ramas de índole colgante, que abundaba en el delta del Nilo, del que los egipcios obtenían su materia prima para confeccionar el rollo de papiro, trabajando la médula y cortándole verticalmente en hojas.
Para confeccionar la plancha de escribir, colocaban las hojas de manera vertical y horizontal, combinándolas y dejándolas secar. Las rugosidades se igualaban mediante presión o suavizándolas. Los rollos solían tener tamaños convencionales, a los cuales se adecuaba el contenido que iba a escribir. Un rollo solía tener 20 hojas. El papiro era bien aprovechado por los egipcios que usaban los rizomas de la planta como materia combustible. De la base de la corteza sacaban el papiro, de mejor calidad, que solían destinar a usos sagrados y reales mientras que con el resto confeccionaban el papiro de uso corriente.
Un punzón especial servía para significar los signos de escritura. Egipto difundió su empleo por amplios territorios e hizo abundante uso del mismo, lamentablemente porque siendo si materia tan frágil, difícilmente han llegado hasta nuestros días los datos e inscripciones realizadas sobre este soporte.
La literatura fue fundamentalmente religiosa y oficialista, pero también alcanzó cimas eternas en la creación propiamente literaria. Su época clásica comprendió desde las Dinastías IX y X hasta el Imperio Nuevo (Dinastía XVIII). Más adelante evolucionó, pero siguió manteniendo una gran calidad con la incorporación de la lengua hablada que llamamos neoegipcio. Por citar algún titulo mencionaremos los cuentos de “El Campesino elocuente” y “El hombre del sicómoro” o “El cuento de Sinhué”.
En la época neoegipcia destacan la gran poesía lírica y los himnos a los dioses, entre ellos el “Himno a Atón”, del propio Amemhotep IV. Otros géneros destacables son el épico, las innumerables cartas, los tratados científicos, matemáticos y médicos, textos mágicos, etc. Muchas de las conquistas científicas egipcias tuvieron gran influencia en el pensamiento griego, e incluso, algunos temas literarios consiguieron llegar hasta la literatura latina.
Como protagonista de todo este quehacer cultural, el escriba se recorta con perfiles muy nítidos. Era una persona que, por su conocimiento letrado, ocupaba una privilegiada posición en la estructura social y administrativa de Egipto; como contable, llevaba el control y movimiento de los bienes (grano, ganado, límites de fincas, etc.); como conocedor de la escritura, redactaba, archivaba y clasificaba la documentación y efectuaba la correspondencia.
En cuanto a funcionamiento, su actividad era esencial para la buena marcha del Imperio. En las ciudades o nomos los escribas contabilizaban las necesidades de las mismas, la producción y sus excedentes, marcado la cuantía a los aportes del tesoro real o lo que de este se debía entregar para alimentación y vestido de las gentes y, en general, fijaban el estado y la localización de la riqueza.
En la capital real, eran los pilares de la administración, bajo la administración del visir y otros funcionarios. Su posición social era muy estimada al ejercer autoridad, por su instrucción, sobre las demás clases sociales, siendo innecesario trabajar directamente los medios de producción. Su preparación se efectuaba en las per – ankh o “causas de vida”. Solían ser hijos de funcionarios, aunque en principio cualquiera podía llegar a ser escriba. Normalmente, los escribas que rodeaban al rey tenían funciones especializadas; ser escriba era indispensable para alcanzar puestos destacados en la administración egipcia.
El catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla, Francisco Presedo Vejo comenta acerca del fondo espiritual que animó no sólo a la escritura egipcia sino también a la vida de cada uno de sus hijos: “El egipcio antiguo con un fondo campesino indudable, y conservando restos de barbarie en sus primeros momentos, se elevó a formas de vida civilizadas y amó a su país, el bello campo egipcio y sus ciudades. No concebía la vida civilizada sino a orillas del Nilo. Piadosos hacia sus dioses, funcionario experto y diligente, respetó a sus superiores y adoró al faraón. Tolerante con los demás, vanidoso en sus servicios de faraón, realista en sus observaciones, creía que un buen libro es más duradero que un monumento de piedra. Preparó con cuidado su tumba para la eternidad y pidió a los dioses que le concedieran una larga descendencia. A veces violento, prefirió, sin embargo, la paz a la guerra. Le gustaron el deporte, la caza y la pesca. Respetó la tradición, pero fue sensible a los designios del amor, que supo expresar con gran belleza”.

China: Pintores y calígrafos

Las primeras referencias de caracteres chinos escritos aparecen en ilustraciones realizadas en caparazones de tortugas y huesos de buey. La mayoría resulta ser ideogramas. Según las conclusiones de arqueólogos y estudiosos de la epigrafía china, esta atravesó como la mayoría de las lenguas escritas una etapa pictográfica como pudieron ser los jeroglíficos a los que ya hemos hecho referencia.
Por otro lado la mayoría de los sistemas de escritura saltó a una siguiente etapa de alfabético fonético para representar los sonidos de la lengua hablada que sustituye a las imágenes procedentes de la percepción visual.
Empero, el chino ha sido el único de los sistemas de escrituras importantes del mundo que se mantuvo en una etapa distinta a los demás: sostuvo al pictograma como unidad básica. De todos modos no todos los caracteres chinos son representaciones de carácter impresionista de objetos concretos. Reúnen sonido, significado e imagen visual en un conjunto adherente.
Confucio el gran filósofo del Imperio chino, que vivió en el siglo VI a.C., al escribir en su apéndice al Y – King de Ho – Fi, atribuye a este emperador la invención de escritura en éstos términos:”Los hombres de la antigüedad se servían de cuerdas anudadas para dar órdenes; los que les siguieron se valieron de signos o figuras. Pao – Hi o Fo – Hi, mientras gobernaba el imperio, levantó los ojos al cielo y observó su forma: los bajo a la tierra y contemplo su figura, así como la de los pájaros y los objetos terrestres que impresionaran su vista y enseguida ideó los ocho “Kua” (imágenes simbólicas básicas escritas)”.
Lien, un autor de la obra Wai – Ki refiere al mismo origen mítico de la escritura china y añade que “Fo – Hi estableció seis reglas según las cuales los signos gráficos debían representar las figuras según ciertos principios: 1. Directamente y en sentido propio. 2. En sentido figurado. 3. Indicando los objetos gráficamente. 4. Indicándolos de una manera combinada. 5. A la inversa. 6. Por la forma y por el sonido”.
Todos los signos de la escritura china fueron en principio representativos, pero con el transcurso del tiempo fueron modificando figuras y sin dejar de ser ideogramas revistieron el carácter de signos de pura convención según fueron perdiendo su primitiva figuración. Así, en muchos de los signos modernos de la escritura china encontramos aún los restos del antiguo signo figurativo del cual preceden.
Estos signos adoptaron, como en la escritura egipcia, representaciones simbólicas y se combinaron entre sí para indicar ideas materiales que de otro modo no tenían fácil representación, así, por ejemplo la idea de luz indicaba mediante los signos unidos del sol y de la luna; la idea decanto mediante los signos de oído y de pájaro, la idea de lágrima mediante las imágenes de un ojo y una gota de agua.
De acuerdo con la etimología tradicional, se distinguen seis métodos diferentes de composición y uso de los caracteres. Estas seis categorías reciben el nombre de liu shu: 1) Pictogramas (hsiang hsing). 2) Ideogramas (chih shim). 3) Ideogramas compuestos (hui i). 4) Compuestos con elementos fonéticos y semánticos (hsing sheng). 5) Caracteres a los que se les asigna una nueva forma para reflejar mejor un cambio en la producción (chuan hu). 6) Caracteres empleados para representar un homófono y que no guardan relación de significado con la nueva palabra que representan (chia chich).
Los caracteres pictográficos son representaciones estilizadas de objetos concretos. Podemos citar como ejemplos “mu” (árbol o madera), “shan” (montaña), “shou” (mano), “kuei” (tortuga). El carácter “ma” servía originalmente para referirse a una planta con tronco y su forma primitiva representaba las ramas, las raíces y el tronco. La forma moderna destaca sobre todo las raíces. El carácter “shan” es la estilización de los picos de la cordillera. Repetir tres veces lo mismo es un procedimiento habitual para representar la idea de multitud. La forma primitiva se desarrolló posteriormente en la moderna. Shou es un dibujo simplificado de la mano. Los cinco dedos se ven claramente en la forma primitiva, en la que la línea central representa la palma y la muñeca.
Los ideogramas son representaciones gráficas de ideas abstractas. Es decir, para aquellas ideas que no poseen una forma física susceptible de ser representada mediante líneas, se crea una representación simbólica con carácter abstracto, como ejemplos tenemos “shang” (encima, sobre), “hsia” (debajo) y hsing” (maldad).
Originalmente se trazaba una rayita o punto por enima o por debajo del renglón para indicar los conceptos de “sobre”, “shang” o “bajo”, “hsia”, respectivamente. El carácter “hsiung” (maldad), representa un profundo hoyo en el que ha caído un viajero desprevenido, indica el peligro y el sentimiento de temor y sorpresa ante el inesperado accidente.
Los ideogramas compuestos combinan dos o más caracteres para formar uno nuevo. El significado literal del término empleado para compuestos fonéticos (hsing sheng) es “forma y sonido”. Los elementos comprendidos en esa categoría son precisamente eso: la combinación de un elemento con significado visual y un elemento de carácter fonético.
Por otra parte se designa con el término chia chieh a aquellos caracteres que se toman prestados para representar una palabra con la que no guardan más relación que su similitud fonética.
En la actualidad el chino denominado han comprende multitud de dialectos (el del norte, el wu, el xiang, el gan, el hakka, el hei min, el nan min, el yue) que podrían considerarse lenguas por sus diferencias y porque cada uno de ellos presenta numerosos subdialectos. Todos coinciden en lo esencial en el texto y la gramática, pero difieren notablemente en la pronunciación.
Se utiliza como lengua común una variante del dialecto del norte basada en la pronunciación del habla de Pekín, conocida con el nombre de lengua mandarina. El chino es una lengua basada en la sílaba, muchas de sus palabras son monosílabas o bilisílabas. Cada una de ellas se caracteriza por poseer diversos tonos (sostenido, ascendente) capaces de diferenciar significados, puesto que tienen valor fonológico.

Japón: la actualidad de Kanji

El japonés, de origen incierto, era un idioma que amplió su riqueza conceptual con la introducción de la cultura china con cuyos caracteres ideográficos (kanji) entraron muchos términos que lo enriquecieron. Posteriormente el idioma adaptó voces occidentales: portuguesas, españolas, holandesas, inglesas, francesas y alemanas. El idioma japonés es de tipo aglutinante, es decir por sumatoria de signos que funcionalmente van determinando la naturaleza simbólica de la palabra.
Utilizan un sistema de escritura mixto silábico-ideográfico. Las tentativas de utilizar únicamente el silabario (haragana y katakana) o el abecedario (ramaji) fracasaron por razones culturales; de adoptarse se rompería con la tradición. Sin embargo en la reducción de ideogramas practicada en los últimos cien años se emplea el silabario kana para sustituir aquellos. El haragana empleado ya anteriormente para las terminaciones verbales, sirve hoy en día para escribir palabras completas y el katakana para escribir especialmente palabras de origen occidental.
El número de ideogramas obligatorio es de unos 1.500 - antes era de unos 10.000 – pero en la literatura y en los periódicos se emplean unos 3.000 como mínimo. Además de las notables diferencias entre la lengua escrita y la hablada, hay que señalar las que existen entre el idioma culto y el vulgar, o entre el empleado por los hombres y el que usan las mujeres. En la actualidad se está desarrollando un idioma estándar esquemático y que se adapta mejor a la progresiva industrialización y modernización de la vida japonesa.

Pinceles para escribir la belleza
Nadie sabe cómo empezó la escritura en Asia oriental. Hay cesecillos y caparazones de tortugas con caracteres grabados sobre ellas que han sido excavados desde el siglo XII a.C. cerca de la ciudad de Anyang, estos grabados fueron encontrados más de 400 caracteres.
En Japón algunos de los más tempranos fragmentos escritos son de sutras budistas traídos al país a través de Corea en el siglo XV a.C. El japonés escrito está compuesto, como habíamos dicho de caracteres chinos. Hay una manera de escribir cada símbolo. Es el llamado “orden de trazo o pincelada”, es decir la manera en que es dibujada cada una de las partes que componen cada signo.
Este “orden” O “procedimiento adecuado” es muy importante es la caligrafía. “Caligrafía significa escritura artística, asegura el profesor Wang Fangyu, de la Seton Hall University y no es de extrañar que sea considerada en Asia una de las más altas expresiones del hombre en las artes. Es definitivamente más un arte que la misma pintura. La personalidad de quien se encuentre detrás de la escritura se revela en la caligrafía asiática cuando él o ela coloca la tina sobre el papel o la seda”.
De la misma manera que en la Argentina o en Francia los chicos aprenden como es el uso de la lapicera en los primeros grados y tanto su motricidad como los dedos de la mano se van adaptando a esta herramienta como el ojo y el lápiz afinan su desenvolvimiento para que el dibujo nazca de la imaginación y el papel en el mismo momento, en Japón todos los estudiantes elementales aprenden la manera correcta de formar los 881 caracteres educacionales japoneses básicos llamados kyoiku kanji.
El profesor Wang Fanbyu explica que “los estudiantes japoneses saben cómo se toma el pincel, cómo fluye la tanta vía el corazón del artista, mano y pincel sobre el papel y la impresión del producto acabado, su continuidad, composición apropiada e integridad. Elige palabras como “paz del mundo”, “estudio de las estrellas”, “voz clara” o “el corazón de la naturaleza está en las montañas”. Frases así suelen predispones para los más bellos logros en las escritura japonesa. Palabra escrita y palabra significada se aúnan para ofrecer belleza para la vista y el corazón”.
Los pinceles fueron la herramienta irremplazable de los pintores y calígrafos desde tiempos remotos. En un documento electrónico del gobierno de Taiwán (www.roc-taiwan.org/info/culture/6html) se comenta que “los pinceles fueron inventados muy temprano en la historia china. Según evidencias arqueológicas los caracteres a partir de los cuales los augures realizaban sus pronósticos aparecieron en caparazones de tortugas y huesecillos (Chia ku wen) y fueron primero escritos con pincel y tinta y luego grabados con cuchillos o instrumentos cortantes muy agudos y sutiles. La forma y el espíritu de los caracteres lo atestiguan. Estos primeros pinceles aparecieron durante el período de la Dinastía Shang (1600 – 1100 a.C.) así que podemos datar al pincel alrededor de unos 3.000 años”.
La composición y construcción de pinceles está específicamente adaptada al propósito: pintura o caligrafía. O según el efecto deseado: con perfiles rectos para el trazado de líneas o bordes definidos o para producir líneas más difusas. La flexibilidad resultante era lo más importante. Comparado don un instrumento de escritura con punta de metal cuya variación en el grosor y peso de las líneas es muy limitado, un pincel puede ser manipulado no sólo de izquierda a derecha en un plano bidimensional.
También puede ser alzado, apoyado, trasladado con distinta presión mientras se realiza el trazo creando de este modo líneas de variado grosor, líneas en las que se focaliza la punta del pincel en el centro o a los costados, líneas débiles o pesadas, líneas “secas” y mil variaciones más.
Los pinceles usados hoy en día son el fruto de una larga tradición y de un mejoramiento incesante en los procesos de fabricación, si bien más industrializados no han perdido la calidad artesanal de sus ancestros. De clasifican según el tipo de pelambre usada en su producción: de pelo, de cabra (yang hao), de pelo de lobo – en realidad, de comadreja – (lang hao) y los de pelos púrpura hechos de pelo de conejo (tzu hao).
Los yang hao son livianos, flexibles y absorbentes. Los de pelo púrpura (tzu hao) produce una letra tipo negrilla con líneas vigorosas y están mejor dotados para la caligrafía. A veces para lograr un equilibrio entre vigor y delicadeza en los trazos se busca un pincel con dos tipos de pelo, (chien hao). Los pinceles han ido cambiando su materia prima a lo largo de su evolución buscando acercarse cada vez más a los rasgos buscados por los artistas: comadrejas, lobos, caballos, cabras, gatos, perros, ovejas y ardillas entregaron a lo largo de la historia su pelambre en nombre del arte.
Chinos, japoneses y egipcios trazaron en su tiempo y su cultura algo más que palabras y signos. Escribieron belleza. Un mensaje indeleble para todas las generaciones.

domingo, 11 de mayo de 2008

La evangelización en América:
Prédica y escritura.

Yo tengo unas palabras que decir, pocas tal vez, pero llenas de vida.
Y no puedo negarme.
Mas las palabras que yo lance han de ser verdaderas…
Las palabras que yo engendre han de ser portadoras de Dios,
pues los labios que Tú me diste, Señor, están hechos para decir mi alma, y mi alma Te reconoce y Te tiene abrazado.
Michel Quoist de “Oraciones para rezar por la calle”


Alguna vez oímos a un catequista preguntarse cómo habrían hecho los primeros misioneros, en un continente desconocido, unas veces hostil, otras ensoñador, para llegar con la Palabra de Dios al corazón de las culturas precolombinas. Más allá de abusos y despropósitos no puede negarse la heroicidad de aquellos hombres de mirada dura y sotanas arremangadas cruzando cerros y selvas.

Madre y maestra
Hace ya 20 años, Juan Pablo II, en su homilía pronunciada en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, el 27 de enero de 1979, se dirigía a la Madre de Dios y recordaba frente a todo el Episcopado de América Latina los rasgos salientes de la Evangelización: «Tu hijo Jesucristo… es nuestro Maestro.
Todos nosotros aquí reunidos - decía… somos sus discípulos. Somos los sucesores de los Apóstoles, de aquéllos a quienes el Señor dijo. - «Id, pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado. Yo estaré con vosotros siempre hasta la consumación del mundo» (Mt. 28,19-20). En efecto, desde que en 1492 comienza la gesta evangelizadora en el Nuevo Mundo, apenas una veintena de años después llega la fe a México… Los caminos de la fe van alargándose sin cesar, y a finales del primer siglo de evangelización las sedes episcopales en el Nuevo Continente son más de setenta, con unos cuatro millones de cristianos… Y a medida que sobre estas tierras se realizaba el mandato de Cristo, a medida que con la gracia del bautismo se multiplicaban por doquier los hijos de la adopción divina, aparece también la Madre… De hecho los primeros misioneros llegados a América, provenientes de tierras de eminente tradición mariana, juntos con los rudimentos de la fe cristiana van enseñando el amor a Ti, Madre de Jesús y de todos los hombres. Y desde que el indio Juan Diego hablar a de la dulce Señora de Tepeyac, Tú Madre de Guadalupe, entras de modo determinante en la vida cristiana del pueblo de México.
No menor ha sido tu presencia en otras partes, donde tus hijos te invocan con tiernos nombres, como Nuestra Señora de Altagracia, de la Aparecida, de Luján y tantos otros no menos entrañables…»
¿Cuál fue la realidad de este proceso evangelizador en lo cultural en general y lo lingüístico en particular? ¿Con qué instrumentos contaron aquellos misioneros para alcanzar aquel mandato evangélico? ¿De qué manera se las ingeniaron aquellos hombres, en condiciones tan adversas, para convertir confrontación en encuentro? ¿Qué herramientas materiales y culturales ayudaron a la evangelización?
Pocas veces en toda su historia la Iglesia realizo una actividad misional mayor que la que se realizo en América después de su descubrimiento. Tiempos y circunstancias difíciles, recursos mínimos, desconocimiento completo de la geografía que en ese momento se estaba diseñando con la intuición, las andanzas y desandanzas de exploradores y misioneros, sin conocimiento previos de las lenguas aborígenes y sin una experiencia misional de tal naturaleza.
Comenta el historiador Juan Carlos Zuretti en su libro «Historia Eclesiástica Argentina» que en «… 1536 se produce la primera ordenanza real sobre la enseñanza en América, hasta principios del siglo XVI la corona y la Iglesia expidieron mas de doscientas ordenes y decretos de carácter general o de índole local relativos a la introducción de los indígenas y a la enseñanza de los hijos de los españoles. En real orden de 1572 Felipe II dispone que los virreyes y gobernadores nombren maestros de primeras letras en todas las cuidades de sus jurisdicciones, y veinte años antes, en el concilio de Lima, se ordena a todos los clérigos que tengan por «muy encomendado las escuelas de los muchachos… y en ellas se enseñe a leer y a escribir y lo demás».
¿Cómo se plasmó esto en medio de las altiplanicies y las selvas? ¿De qué manera se enseñaron y aprendieron las oraciones y nociones doctrinales básicas? Es una larga historia de inculturaciones y mutuas influencias, proceso al cabo del cual ninguno de sus actores seria el mismo. Historia de silencios y voces disonantes. De trazos en la piedra y el papel. De quipus y trocitos de cerámica dispuestos de manera tal que pudieran memorizarse rezos y formulaciones de fe. Códices quemados y enternecedoras tareas de evangelización. Todo formó parte de una historia de la cultura que, en nuestro continente, aún no ha sido escrita.

Y las piedras rezaban…
En México los indígenas que tuvieron que aprender los rezos católicos emplearon de por si su escritura para hacerlo. En la región andina ocurrió otro tanto. En mayo de 1965 el investigador Dick Ibarra Grasso pudo ver en el Museo Arqueológico municipal de Oruro un disco de arcilla, mezclado con paja, de sesenta milímetros de diámetro y de unos siete centímetros de espesor.
En su superficie parecían incrustadas unas cuatrocientas pedrezuelas, trocitos de cerámica, huesillos, y trocitos de vidrio dispuestos en espiral desde el centro hasta la periferia. Algunos de los trocitos de cerámica, especialmente tenían grabadas en su superficie líneas varias, cruces y rombos muy sencillos. Las lositas grabadas con líneas representaban numerales de forma que podían leerse los artículos de la fe y los Diez Mandamientos.
El padre Acosta describió en 1570 estos discos de cerámica: "Fuera de estos quipus de hilos tienen otros de pedrezuelas, por donde puntualmente aprenden las palabras que quieren tomar de memoria; y es cosa de ver a viejos ya caducos con una rueda hecha de pedrezuela para aprender el Padre Nuestro, y con otra el Ave Maria, y con otra el Credo, y saber cual piedra es: que fue concebido del Espíritu Santo y cual: que padeció debajo del poder de Poncio Pilato y no hay mas que verlos enmendar cuando yerran, y toda la enmienda consiste en mirar sus pedrezuelas, que a mi, para hacerme olvidar cuanto se de caro, me bastaría una rueda de esas. De éstas suele haber no pocas de los cementerios de las Iglesias para ese efecto"..
Otro cronista de la época de la conquista, el Inca Gracilazo comenta también: «Los muchachos indios, para tomar de memoria los dichos que han de decir, que se los dan por escrito, se van a los españoles, que saben leer, seglares o sacerdotes, aunque sean de los principales y les suplican, que les lean cuatro o cinco veces el primer renglón, hasta que lo toman de memoria y porque no se les vaya Della, aunque son tenaces, repiten muchas veces cada palabra, señalándola con una piedrecilla, o con granos de semillas de distintos colores, que allá hay, del tamaño de garbanzos, que llaman chuy, y por aquellas señales se acuerdan de las palabras y de esta manera van tomando sus dichos de memoria con facilidad y brevedad, por la mucha diligencia y cuidado que ello ponen».
Para hacerse entender tuvieron los misioneros que aprender los idiomas indígenas y tal importancia se le dio, que el obispo Trejo obligaba a los misioneros, antes de fijar residencia, a dar exactamente de la lengua de Cuzco y sus dialectos.
El aprendizaje era dificultoso; reunía a los niños indígenas y frente a ellos dibujaban un animal, un árbol, etc. El niño lo reconocía y le daba su propio nombre. El enseñante lo repetía hasta pronunciarlo correctamente, anotaba el vocablo y enseguida lo traducía al castellano, haciendo repetir al niño la misma palabra. Fue así como aprendieron los idiomas los padres Bolados, Rivadaneira y Barzana llegando este último a dominar gran cantidad de dialectos.
Santo Toribio, Arzobispo del Perú, autorizó las ediciones del catequismo en quichua, aimara y castellano en 1584 y en el sínodo de 1603 se aceptó y se oficializó el catecismo del padre Bolaños. El Padre Montoya y el Santo Roque Gonzáles realizaron trabajos notables defendiendo la pureza del guaraní.
Del idioma toba se ocupo el padre Artigas, de la lengua de los abipones el padre Dobrishofer, del Querandí el padre Barzona, del Araucano el padre Febrez, del Pehuelche, el padre Guillermo, del Lule y el Tonocoté, el padre Machoni, del Chiquito el padre Suárez, del Guaicurú el padre Sánchez Labrador, pudiéndose aseverar que no hubo dialecto importante que no haya dado fama de estudio a los misioneros.

Una imprenta, por el amor de Dios…
Desde el año 1630 los misioneros jesuitas habían intentado por diversos medios conseguían una imprenta para acceder plasmar parte del conocimiento lingüístico que habían ido cultivando.
Con ella podrían enseñar con mayor rapidez a sus discípulos y facilitar la evangelización entre los aborígenes.
En ese año los superiores de la provincia del Paraguay reunidos en la cuidad de Córdoba consensuaron una solicitud que consideraban apremiante: “Insistentemente pide la Congregación que en nuestro procurador general nos conceda una imprenta para publicar varias obras en lengua indígena sumamente necesarias”.
Un memorial dirigido al General de la Compañía de Jesús insistía en la necesidad de alcanzar ese objetivo y la labor intelectual que se había venido desarrollando en este rincón de América donde crecían las misiones «Hanse escrito Arte y Vocabulario en la lengua de Angola y también en la lengua cacá del valle del Calchaquí, y por no se poder imprimir, si es sin asistente de los que entienden dichas lenguas no se han traído imprimir a Europa; y , por otra parte, para comunicarlos es necesario imprimirlos: suplico a VP, nos mande dar de las provincias de Francia o de Alemania o Flandes, algún hermano que entienda de eso, para que, comprando una imprenta se pueda conseguir ese efecto de tanta importancia para el bien de los almas.»
Sesenta años pasaron de aquel primer pedido al general de la compañía, padre Mucio Vitelleschi, hasta que dos misioneros, uno de ellos alemán, Juan Bautista Neuman y José Serrano llevaron a cabo por si mismos esta empresa.
Con la ayuda de hábiles ayudantes indígenas construyeron una prensa y fundaron los tipos que necesitaron para imprimir en el año 1700 un pequeño volumen con el nombre de «Martirologio Romano» que fue el primer libro impreso en nuestra tierra argentina.
El segundo fue publicado posiblemente en 1704 y es el «Flor Sanctorum» del Padre Rivadareyra, la tercera obra se llamaba "temporal y eterno" del Padre José Eusebio Nieremberg. Su traductor, el padre José Serrano, hace notar que la obra fue "impresa sin gastos así como la ejecución de los caracteres propias de la lengua, peregrinos de la Europa; pues así la imprenta, como las muchas laminas para su realce han sido obras del dedo de Dios, tanto mas admirable cuanto los instrumentos son unos pobres indios, luego son la fe y sin la dirección de los maestros de Europa para que conste que todo es favor del cielo, que quiso por medio tan inopinado enseñar a estos pobres la verdadera fe".
En el año 1709, también en Loreto, adonde fue llevada la imprenta se reimprimió el Martirologio. El séptimo impreso fue un grueso volumen editado en Semana Santa, Maria la Mayor titulado "Vocabulario de la lengua Guaraní", compuesto por el padre Antonio Ruiz de Montoya en el octavo que era una gramática de esa lengua compuesta por el padre Restivo, deja constancia de que es una segunda edición de la obra del padre Montoya, impresa anteriormente en las Misiones.
El noveno incunable, "Explicación Catecismo en Lengua Guaraní", presenta el rasgo de haber sido escrito por Nicolás Yaparaguay, un indio de reconocido talento: que prestó grandes servicios a misioneros a quienes enseño el guaraní. Su vocación de escritor lo llevó a publicar años más tarde "Sermones" y "Ejemplos en Lengua Guaraní".
Desde 1728 no se publico nada más en la imprenta de las misiones: la razón de tal silencio reconoce por causa la escasez de papel y las dificultades con las que tropezaron lo jesuitas para obtenerlo en tiempo oportuno ya que su fabricación no se cuenta entre las muchas industrias fundadas por los ingeniosos misioneros.
La segunda imprenta fue adquirida en Europa también por los jesuitas y llegó a tener una vida mas útil ya que su bien estuvo destinada en un principio a la ciudad de Córdoba donde la actividad cultural y educativa era muy intensa, después de la expulsión de la Compañía de Jesús, fue traída a Buenos Aires por solicitud del Virrey Vertíz. Fue la única en la Capital del Virreinato desde 1780 a 1807; con ella López y Planes imprimio las estrofas del Himno nacional y ella sirvio para editar la Gaceta. También vieron la luz cartillas, catecismo, tesis universitarias y aritméticas:
La imprenta contaba con las siguientes piezas: una prensa de imprimir con su caracol y plancha de cobre con muchas separaciones, cajas de grandes contenidos los tipos de variados caracteres de acero, diferentes tablitas y muebles concernientes a la imprenta y dos prensas de mano para cortar papel.
A principios de febrero de 1770, después de haber recorrido 150 lenguas de desierto llegaba la tropa de carretas que conducía la imprenta de Córdoba a Buenos Aire. A todo esto faltaba un técnico. Entre los casi 25.000 habitantes con que contaba Buenos Aires no había ni un maestro impresor debiendo Vertíz solicitarlo y traerlo de Montevideo para que armara la prensa y reconstruyera los tipos dañados o mal usados.
Esta imprenta fue la única en la capital del Virreinato desde 1780 a 1807.
En ella Cabello y mesa hizo imprimir el primer periódico que ganara la calle en nuestras tierras, el Telégrafo Mercantil, Moreno pudo editar la Gazeta y junto con ella numerosas cartillas, catecismos, tesis universitarias, aritméticas y opúsculos que dinamizaron la aletargada vida cultural del Buenos Aires de la colonia.

El difícil camino de los primeros libros
Entre las luces y sombras de la conquista española el libro se fue abriendo paso con el aporte de los religiosos que acompañaron la fundación y el desarrollo de las primeras cuidades de nuestro territorio.
De hecho, los libros circularon y bastante, a pesar de la legislación vigente desde el siglo XVI que prohibía en las colonias «libros romances y materias profanas y fabulas… porque los indios que supieren leer dándose a ello dejaran los libros de buena y sana doctrina y leyendo los de mentirosas historias aprenderán en ellos malas costumbres y vicios… ».
No obstante ello la ordenanza anterior fue cumplida a medias tintas y, si bien es verdad que se censuraban enérgicamente los libros heréticos, hubo concesiones para los libros necesarios a la cultura común, como los de Spinoza, Bacon y Descartes.
Ya fueron los franciscanos autorizados a pasar a América, o en las expediciones de Pedro de Mendoza, Cabeza de Vaca, del Padre Rivadaneyra o del obispo Victoria, en todas ellas se mencionan autorizaciones para traer libros y existen de algunas hasta el catálogo.
Se dice que los jesuitas al venir al Rió de la Plata acarreaban una cantidad inusitada de libros hasta el momento, al llegar a Córdoba el deán Salcedo incremento dicho número con su selecta biblioteca.
En 1739 el padre Neyra, de la orden de los dominicos, se refería a la valiosa biblioteca que tenia el convento de Santo Domingo en Buenos Aires y diez años más tarde el gobernador Andonaegui hacia constar que los frailes de dicha orden religiosa facilitaban los libros a todo aquel ciudadano porteño que lo necesitara.
En 1796, el obispo Azamor y Ramírez había dejado por testamento su enorme biblioteca a favor «de ésta su Santa Iglesia y de la republica educación y enseñanza». Más de diez años transcurrieron hasta que la Junta de Mayo designara a Mariano Moreno protector de la Biblioteca Publica, a quien poco mas tarde sucedería Manuel de Azcuenaga y bibliotecario al canónigo Segurota y a Fray Cayetano Rodríguez.
Pero fue en realidad el canónigo Luís José Chorroarin quien le imprimiera su mayor dinamismo a la Biblioteca Publica en aquellos primeros años.
La Biblioteca recibió valiosas donaciones de canónigos Francisco Zamudio, Manuel Roo, Diego Zavaleta, de los curas de la Concepción, Monserrat, Morón y la Piedad, de los superiores de las ordenes religiosas, de los curas y obispos del interior como el de Charcas que envió una colección de libros de historia natural, del canónigo Fretes de Chile, que envió obras de medicina o la donación del presbítero Muñoz que mereció una felicitación especial en la Gaceta por la donación de ejemplares y muestras de historia natural e, incluso, el General Manuel Belgrano donó casi toda su biblioteca personal que era de estimable valor.
Entre fervores y claudicaciones, con testimonios de verdadera santidad o esfuerzos mezquinos creció la evangelización con las luces y sombras de los hombres que llevaron a cabo. Aún perviven en la piedra de las Ruinas de San Ignacio los testimonios de los primeros artesanos indígenas que supieron arrancarle al cincel o a la pluma el reflejo de un pasaje evangélico o una imagen venerable. Y allí, grabada en la piedra como en viejos libros apergaminados laten vida y reescritos a la luz de los signos de nuestro tiempo.
Con otros mensajes, con la misma Palabra.

sábado, 26 de abril de 2008

América. Diálogos con la Piedra

América: diálogos con la piedra. Apunte III

Piedra en la piedra, el hombre, ¿Dónde estuvo? Aire en el aire, el hombre ¿Dónde estuvo? Tiempo en el tiempo, el hombre ¿Dónde estuvo?
Pablo Neruda.

Caballuta mana apis Burritapi púrey cani, castillata mana jacjas quichua llapi cántaj cani.
(Yo no teniendo caballo, el burrito suelo andar no sabiendo castellano, en quichua suelo cantar)

América tuvo palabra escrita desde tiempo inmemorial. Por lo general los registros gráficos y las formas de escritura de los antiguos indígenas argentinos y también en general para todos los indígenas de nuestra América es un tema tratado entre paréntesis.
A pesar de ello, se encuentran numerosas formas de representación grafica y de pre-escritura, por lejanos que sean, entre los aborígenes americanos. Rajaduras en la memoria de aquellas comunidades nos permiten recrear las numerosas formas de escribir, cuya difusión en ele continente fue mayor de lo que se supone.

Junto con las pictografías propiamente dichas, se desarrollaron formas alternativas de escritura jeroglífica en América del Sur hasta bien entrado el sigo XX.
El investigador Dick Ibarra Grasso las registra entre los indios Cuna de panamá, de la familia Chibcha, entre los Motilones de Colombia y Venezuela; entre los indios Pano de la región selvática peruana y en la zona andina de Bolivia y el sur de Perú, donde en 1940 este investigador tuvo la sorpresa de descubrirla, en pleno uso entre miles de indígenas.
En toda América existen abundantemente pinturas y grabados rupestres los más antiguos de los cuales se remontan posiblemente a la cultura de nuestros primeros cazadores con punta de lanza; igualmente algunos objetos muebles grabados, como huesos de mastodonte con figuras grabadas de otros animales. Luego, las manos pintadas que aparecen en la Patagonia y en Bolivia. Pero en esto no nos hallamos ante escrituras, por primitivas que sean, sino ante expresiones mágicas y artísticas cuyo valor podemos comprender, más o menos, pero de ninguna manera leer.
Se deben a A. Pedersen los descubrimientos que permitieron recuperar buena parte del acervo pictográfico de nuestro país. Este científico se abocó preferentemente a antiguas pinturas en las sierras de Córdoba, de distintas fechas, calcándolas con todo detalle y reuniendo varios centenares de metros de ellas. También en Neuquén halló hombres montados a caballo, aparentemente en períodos precolombinos. Esta serie de petroglifos y pictografías corresponden a pinturas y grabados de tipo paleolítico donde los rasgos naturalistas de representaciones de animales abundan.
Desde el neolítico en adelante aparecen otro tipo de representaciones. Ahora el elemento será fundamentalmente geométrico y a veces complicado. En ello se ah querido ver muchas veces formas de escritura, pero los signos aparecen dispuestos en forma irregular o arbitraria, y nunca en líneas.
Ibarra Grasso considera que “las verdaderas escrituras por primitivas que sean, se disponen en alguna forma de líneas, merced a la cual ya es posible hacer una verdadera lectura continuada de ellas, pero, al meno, en la Argentina precolombina, no conocemos ninguna pictografía ni petroglifo que lo presente, y en el resto del continente sólo hemos visto dos o tres pictografías con signos ordenados en líneas...No se pueden leer, auque si interpretar...”

América del norte: Palabras de hueso, marfil y cuero.
Una de las expresiones notables de la escritura jeroglífica en América del Norte ha sido la que practicaban los esquimales en zonas alejadas del Ártico. Es un sistema de escritura verdaderamente jeroglífica. Consiste en grabados sobre hueso o marfil de morsa de modo que por la misma naturaleza del material, las figuras quedan ordenadas en líneas rigurosas, que a veces se extienden en zig-zag sobre uno y otro lado del objeto, pasando pro sus bordes; también hacen lo mismo sobre hueso. Las actitudes de las figuras están relacionadas con el lenguaje de gestos que los esquimales utilizan para comunicarse entre sí cuando están a distancias que no alcanzan la voz.
Las escrituras jeroglíficas de los Pieles Rojas son muy distintas. Las formas más primitivas no son verdaderas escrituras sino cuadros donde se han representado escenas.
Los verdaderos escritos tienen signos dispuestos en líneas, todos en un mismo tamaño o poco menos y se leen en forma seguida en tanto que en los cuadros hay que interpretar el conjunto. El material en que se escribe es principalmente el cuero y al madera. Los mismos signos se usan en pinturas corporales. Como se hallaban ejecutadas sobre materiales muy poco resistentes no han quedado muestras de sus formas más antiguas. La forma principal de difusión de estas escrituras suponemos sea el haber sido llevadas por las sociedades secretas de guerreras y hombres-medicina que las utilizaban unos para recordar sus hazañas y otros para recordar sus recetas. Hay cantos mágicos, de medicina principalmente y los llamados calendarios históricos o cuentas de invierno, es decir una especie de historia de los acontecimientos pasados donde cada año, está representado por el suceso principal ocurrido en él, también hay verdaderos relatos como el de Walam Olam (cuero rojo), donde una tribu algonquina ha perpetuado el relato de su origen mitológico.

América central: palabras de piedra y papal.
En América Central los Aztecas y otras comunidades lingüísticas como los Tlaxcatltecas, los Tarascos, los Mixtecas y los Zapotecas y los Zapotecas empleaban una escritura jeroglífica más compleja que las anteriores.
En Monte Albán, se desarrolló la civilización Zapoteca durante el periodo clásico en el territorio mexicano de Oaxaca. Aquí se hicieron, quizás los ensayos de la primera escritura de Mesoamérica, pero su desarrollo estaba supeditado a sus necesidades religiosas exclusivamente. Se han descubierto algunas estelas talladas en bajorrelieves con figuras y jeroglíficos, así como abundantes recipientes y urnas funerarias de cerámica.
Los Aztecas desconocían la escritura silábica y fonética, pero usaron los ideogramas. Pintaban sobre tela de algodón, cueros de animales y una especie de papel obtenido de la fibra de maguey. Los dibujos muy simples representaban con signos convencionales hechos y lugares. Abundaban las leyendas mitológicas y los cantos populares; conocían la escultura, pues sabían tallar la piedra para ornamentar palacios y templos. Los ídolos representaban figuras humanas ornamentadas con figuras de animales.
Quedaron testimonios invalorables de su representación del mundo y sus cosmogonías. El colosal monolito conocido como Calendario Azteca de 3,6 m. de diámetro con profusión de símbolos representados como Calendario Azteca fue encontrado accidentalmente bajo el pavimento de la Plaza Mayor de México en 1790. Habiendo sigo grabado alrededor de 1749, su relieve en basalto resume el saber astronómico.
La Piedra de Tizoe, de forma circular, es un monumento circular de 2,65 m. de diámetro que describe las hazañas del guerrero Tizoe. También es de destacar un monolito de enormes dimensiones dedicado a Coatlicue, diosa de la tierra y de la muerte y la Oceloti-Cuauhxicalli, escultura en piedra con forma de jaguar.
Los códices aztecas son cuatro. Aparte de la beileza de algunos como el del Museo Arqueológico de Madrid, tienen una primordial importancia histórica. Otros códices existentes, aunque posteriores a la conquista, contienen miniaturas de artistas indígenas y son en todo caso, copias de textos anteriores. Entre ellos el del fondo del bibliófilo Magliabechi que está en la Biblioteca Nacional de Florencia donde se registran valiosísimas informaciones acerca de ritos y usos religiosos y civiles de los Aztecas. En el manuscrito de 1565, conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid hallamos figuras de conquistadores, además de escenas de la vida indígena.
Fray Diego de Landa fue un franciscano español que llegó como misionero a Yucatán en 1549, aprendió la lengua maya y escribió la segunda gramática española en ese idioma. Su actitud hacia esta cultura aborigen se caracterizó por la ambigüedad: por una parte ordenó el auto de fe de Maní en que se quemaron valiosos documentos y códices mayas; por otra parte escribió una importante y minuciosa “Relación de las cosas de Yucatán”
De sus escritos puede deducirse incluso que los Mayas habían escrito libros que contenían notas de carácter histórico. Lamentablemente ninguno de estos libros llegó hasta nosotros. Al parecer se trataba de libros ceremoniales, llenos exclusivamente de invocaciones, rituales y fórmulas adivinatorias. A este tipo pertenecen los tres códigos que se salvaron. Son el Codex Dresdensis, descubierto en Viena en 1730 y transferido a la Biblioteca de Dresde, el Codex Tro-Cortesianus, compuesto en dos partes halladas en España en épocas y localidades distintas y el Codex Peresianus que se encontró junto con viejos mapas en la Biblioteca Nacional de Paris, en 1850.
Sobre la base de la interpretación, más corriente el Codex Dresdensis resulta esencialmente un tratado de astronomía, con tablas para computar los eclipses solares y los ciclos venusinos basados en el sistema de numeración vigesimal; el Tro-Cortesianus es un texto de adivinación, que contiene las fórmulas que usaban los sacerdotes para los horóscopos y el Peresianus es un manual litúrgico.
Los materiales de soporte eran el cuero y rollos de un tipo de papiro que permitían guardar los textos en forma de biombo en vez de enrollarse como los pergaminos. A los signos jeroglíficos se les adicionaban signos fonéticos se aproximación y, en conjunto, la escritura por superposición de elementos, detalladamente pintados, buscaba la acumulación de más ricos significados sobre un mismo punto en lugar de distribuirlo en varios signos.
La escritura de los antiguos mayas es diferente a todas las anteriores ya que el desarrollo de sus signos muestra una mayor elaboración. Es casi enteramente ideográfico, aunque con presencia de caracteres fonéticos. Su unidad primordial es el grifo que se constituía por la unión de varios signos menores colocados en un marco.
Los expertos distinguen entre cuatro y cinco etapas en el desarrollo de este sistema de escritura que van desde el grito totalmente convencional hasta diseños de un carácter cada vez más naturalista y hacia el final de una realismo marcado. La escritura hieroglífica (signo sagrado) la utilizaban sólo los sacerdotes desde el comienzo hasta la última decadencia ya que fue entre los mayas que habían abandonado las ciudades donde se hallaron conservados por generaciones los códices de papel maguey.
Emplearon la escritura en tres materiales y para fines distintos: en piedra para los edificios y estelas; en los códices, hechos con signos a pincel y en la superficie de los vasos cerámicos. Quedan res libros que se pliegan como los de los Aztecas y uno de los testimonios más antiguos se encuentra realizado en piedra, fruto de la tradición Olmeca. Junto con los tres manuscritos lo que hoy se sabe de esta escritura proviene de las estelas esculpidas en los templos que presentan inscripciones, adornos cincelados en hueso o metal y numerosos trabajos realizados en cerámica.
Los grifos mayas más antiguos parecen corresponder a la lengua que se hablaba en los altiplanos, mientras que los valores fonéticos de estos signos presentan relaciones con el idioma maya de las llenuras hacia el año 200 d.C., al que se remiten jergas que actualmente conservan sus descendientes. En los códigos aparecen jeroglíficos fonéticos más recientes, que corresponden a la lengua en uso en el Yucatán, poco antes de la conquista española.
El uso que hicieron los Mayas de grifos ideográficos es complicado probablemente a raíz de la dificultad en lograr una representación fiel, exige notables ejercicios de analogía, cuando se trata de descifrar los códigos.
Una figura femenina amasada en terracota y hallada hace un tiempo en Jaina, muestra a una mujer que parece disponerse a escribir con los materiales que lo hacían los Mayas. El papel se obtenía de la corteza de un árbol llamado copo que se deshacía, se apretaba con caucho y se prensaba después. La larga tira se revestía con una fina capa de cal.

América del Sur: palabras fragmentadas.
Los tipos de escritura circunscriptos al área sudamericana han dado ricos y abundantes testimonios desde los indios Cuna de Panamá hacia Venezuela. Es un tipo de escritura jeroglífica semejante a la de los Pieles Rojas. Se escribe sobre un tipo muy rústico de papel y a veces se hallaban grabaciones en madera. De signos muy sencillos y esquemáticos este sistema permitía anotar recetas mágicas de los hechiceros, canciones mágicas de los mismos y algunos relatos.
Un segundo tipo se le atribuyó a los indios Chaké del occidente venezolano. Se representaba sobre un tipo de papel rudimentario, telas o maderas pulidas. Se utilizaba fundamentalmente para enviar mensajes y sus dibujos eran de tipo naturalista muy estilizado: antropomorfos, ornitomorfos o geométricos.
Entre los Guaraníes de Paraguay usaban un sistema más rudimentario para trasmitir mensajes por medio de series de huesillos, piedrecillas y maderas seriadas.
Según el investigador de la cultura guaraní, Moisés Bertoni, este sistema trataba fundamentalmente de representar “las ideas mediante pequeños objetos: estos objetos consistían en semillas, piedrecillas, dientes, fragmentos de cosas, una multitud de pequeñeces que para ellos tenía un significado preciso. Según lo que se deseaba comunicar se reunían los objetos convencionales y se enviaban. El que los recibía los agrupaba de cierto modo sobre el suelo y los interpretaba. El transporte de los objetos se hacía en una bolsita de piel que llevaba un individuo reconocido como incansable y hábil corredor”.
Hacia 1940 Ibarra Grasso halló a orillas del lago Titicaca, el Bolivia, en pleno uso entre miles de aborígenes una escritura jeroglífica escrita sobre papel, en cuero, es arcilla y en piedra. Esta escritura es sobreviviente de tiempos anteriores al período incaico y no se han registrado más que tablillas de piedra de la época precolombina. Los escritos en arcilla constituyen algo poco común. Los signos se encuentran, cada uno modelados independientemente y pegados sobre un disco o tablón de arcilla, en forma que queden parados. Los escritos en cuero se trazan con el jugo de los frutos de una planta solanácea llamada ñuñumaya en aymará que, al secarse, adquiere un tono oscuro como si se hubiera quemado el cuero con un hierro caliente.
Los escritos en piedras son grabados. El material con que se escribe hoy en papel es anilina común. Un simple palito sirve de lapicera. Esta escritura no parece relacionada con la cultura incaica, pero en cambio existe una serie de informes según la cual el inca Pachacutec la habría prohibido, mandando a matar a quien la usase. Así y todo, tanto en quechua como en aymará permaneció el vocablo “quillca” refiriéndose una antigua escritura jeroglífica preincaica que se escribía sobre un especie de papel hecho con hojas de plátano. No hay ningún dato directo del uso de esta escritura en el territorio argentino, pero existe al sur del Potosí, al lado de la frontera argentina, de modo que parece que actualmente se encuentre en uso en algunos lugares de la provincia de Jujuy al menos.
El idioma oficial de los Incas era uno de los más ricos y armoniosos del continente. Se denominaba quechua y, si bien carecía de escritura y no era general el uso de jeroglíficos o caracteres simbólicos, empleaban los quipus o quipos que eran manojos de cuerdas anudadas, formadas por un cordón central con hilos de varios colores que expresaban ideas y nudos que servían a los Incas de escritura o de archivos numéricos. El quipucamayoc era el poseedor del secreto para descifrarlos. Aún así, tanto en al escritura como en la ornamentación y la estatuaria, se hallaban en nivel inferior a los Aztecas y Mayas.
No fueron ellos los únicos en conocerlos sino que buena parte de la América precolombina los tuvo a mano para distintos usos. La mayor parte de los pueblos agricultores conoció a la perfección su empleo.
Continuamente se utilizaban para llevar distintos tipos de contabilidades y operaciones numéricas. Ibarra Grasso cita el uso que se les da en la isla Cumana del Lago Titicaca y en la provincia Chayanta, al norte de Potosí donde se llevaba la cuenta “de los ganados, al cantidad de frutos cosechados y la cuenta de los días anotando semanas y meses según nuestro calendario”.
El mismo autor comenta que hace unos años, en el “Museo de Tacuarembo, Uruguay existían varios quipus hechos de cuero y llenos de marcas cortadas, son como una especie de mano de cuero con una docena de tiras colgantes en cuyos costados se han hecho marcas para contar ganado”.
Más adelante explica que “los quipus han sido usados tanto por los Araucanos (que los llamaban “pron”) como por los Guaraníes, los Caribes del litoral venezolano e incluso los Toltecas de México (antes de asumir la escritura jeroglífica).
El llamado “wampun” de los Pieles Rojas orientales consistían en un conjunto de conchas de colores ensartadas en hilos, a veces cosidas sobre una tela o entretejidas con sus propios hilos para formar una especie de cinturón, aparece la más de la veces como un simple quipu y otras como reuniendo en sí caracteres de una escritura jeroglífica.
El quipu de los Incas también era usado por las tribus de la región andina y del litoral peruano anteriores a ellos, el los ejemplares que se salvaron de la destrucción de la conquista, sobretodo en las tumbas de la Costa. Los que se han traducido llevan contenidos numéricos basados en el sistema decimal de la lengua quichua y ordenados de mayor a menor. Contienen cifras calendáricas, similares al calendario maya, análogo incluso al egipcio.
Los profesores bolivianos José de Mesa y Teresa Gibert encontraron no hace muchos años un uso actual entre los indios Chipayas de Oruno: anotar los rezos católicos. Su uso es exclusivo de las mujeres y contienen –en parte al menos- palabras y números. Si bien no han llegado hasta nuestros días hay algunos datos históricos del uso de los quipus en las provincias del noroeste, casi siempre atribuidos a la influencia incaica pero se presume que ya existiesen antes allí.
América guarda en sí una riquísima tradición de materiales y contenidos escriturales, apenas bocetados aquí. Herramientas de escritura que grabaron sobre papel, la piedra o el cuero momento de espanto, alegrías o informaciones administrativas.
Emprendimientos heroicos o grandes claudicaciones. Sueños colectivos o rezos íntimos en las formas precarias o plenas que alcanzó su dimensión religiosa. En todas late el espíritu del hombre y su Creador.

Muchas Gracias a Ana Loscalzo que lo mandó dos veces y a María E. André que lo tipeo.
Chicos: Sin Uds este proyecto de Blogger no hubiese sido posible, les estaré eternamente agradecida a los dos cursos que son maravillosos

Estamos en Movimiento

Hola chicos de 2 A y 2 B. Por lo que puedo observar va muy bien la lectura e interpretación del Texto, no hay preguntas y pareciera que es muy claro.
Les cuento que la Evaluación del día 9 de Mayo incluirá este apunto y el próximo y requiere un alto grado de interpretación y lectura.
Los invito a que leamos juntos los apuntes y evacuen las dudas que los mismos puedan ocasionar para evitar problemitas como los del viernes con la alumna de 2B, que más que no entendió la frase sería no estudió, ¿no les parece?
Adelante

domingo, 6 de abril de 2008

Escrito en el Viento y en la Piedra. Apunte II


Escrito en el viento y en la piedra
Escrituras en el paisaje argentino
Toda escritura necesita un soporte. Cuando el único soporte es el propio paisaje, el espíritu hace las veces de lápiz .Y de la misma manera que un pedernal o un sílice indujeron a los primeros habitantes de nuestro suelo a desarrollar una psicología afín. Psicología que fue discurso, escrito a veces en el viento o en el polvo cambiante de las rastrilladas de la pampa. Otras, en las oquedades de los andes o de las sierras mas antiguas de un territorio que aun no se llamaba La Argentina.
Cada paisaje imprime colores, impresiones y recuerdos en los pueblos que lo habitan. Esa es la primera escritura.
En su libro "integración del folklore argentino" el escritor E.F Sánchez Zinny traza un perfil del alma de la llanura de la montaña. Comenta que "la llanura es distancia. una constante visión de lejanía se hace frontera de la tierra con el cielo .la vegetación escasa la agosta el sol que quema la savia que engendra verdor .abruma y desespera al hombre lo inconmensurable y la falta de variedad y de matices, creando en el espíritu y en el carácter una monótona melancolía y cierto fatalismo resignado .la llanura silenciosa y siempre igual, imprime en las expresiones de la imaginación a la poesía nativa y a la tradición ,toda la tristeza y la sombría majestad de sus misterios"
Al mirar a su alrededor el habitante de la cordillera encuentra un horizonte cortado. Textos y herramientas de escritura nacen de la misma montaña. Allí la inmortalidad parece mas al alcance de la mano .Y los deseos de perpetuar el pensamiento y el corazón en la roca llevan al trazo sobre la roca: "En la montaña mora la divinidad-escribe Sánchez Zinny- con las voces eternas en que dialogan las cumbres inmensas con las nubes cargadas de tormentas .La sociabilidad es mas fácil, mas estable .las construcciones de piedra tienen algo de eternidad. Asimismo, la piedra se presenta en el agua de sus moradores, en el eco de las secretas voces del espacio, conmoviendo la imaginación con las ideas y supersticiones".
De aquellos textos escritos en el polvo de las rastrilladas queda poco. O nada .Ibarra Grasso en su obra "Argentina Indígena" destaca los elementos escasos e incoherentes que sobrevivieron de sus creencias al paso de otras culturas. "Pero, evidentemente encontramos aquí la primera indudable supervivencia folklórica que llega de nuestro medio indígena anterior. Se trata de la palabra gualichu que no se sabe de donde viene ya que unas veces significa "diablo" y otras "embrujamiento". De esta zona tenemos varias referencias sobre la primera aparición de la humanidad merced a la salida de las cuevas, sin que exista un relato coherente sobre ello".
Un incansable recolector de tradiciones aborígenes, el padre Sánchez. Labrador , refiere una leyenda pampa sobre el diluvio transmitida por M. A. Vignati en su trabajo "El diluvio de los Genakken" escrita e la memoria oral de los primeros pampeanos."Aseguran-informa- que sus antepasados les enseñaron que antiguamente toda la tierra se inundo y quedo cubierta de agua menos un monte llamado Cassuati .en éste se libraron de la inundación cinco personas, que se acogieron a él y después que se retiraron las aguas salieron de las cuevas de las montañas varias gentes, que otra vez poblaron el mundo; pues los cinco del Monte Cassuati no eran bastantes para dar habitantes a toda la tierra .el monte Cassuati se halla hacia el sur de Buenos Ayres en la segunda serranía .No profundizan más los Australes en cuanto a su origen, ni saben como ni para que están en el mundo".
CADA PAISAJE IMPRIME COLORES, IDEAS Y RECUERDOS EN LOS PUEBLOS QUE LO HABITAN.

Aquí en esa salvación de la humanidad en un cerro alto, tenemos claramente una influencia araucana, donde son comunes las relaciones de este tenor, pero conjuntamente se le ha agregado la concepción anterior de la salida de la humanidad de las cuevas, en la cual no se encuentra una creación directa del mundo. Textos que van y vienen escritos en los relatos orales de noches estrelladas y fogones distantes.
A decir de Sánchez Zinny. "La naturaleza imprime con su sola presencia el espíritu del hombre de la pampa .estos secretos no eran extraños a los hijos del desierto, que podían captar el enigma de esa atmósfera de leyenda y misterio. La voz y las visiones de la pampa nacían de las cosas, de lo que vivía y estaba, a veces como un susurro apenas audible ,otras como un alarido o un trueno, ya viniera de los pastos, de los vientos o de la tormenta .el desierto hablaba ,pero también vivía".
Todo esto era texto escrito, solo legible en las voces y las visiones del paisaje y en el corazón de querandíes, pampas y araucanos. Escrito y leído en un mismo momento. Borrado con el viento pampero.
En las llanuras habitan las divinidades que creó la imaginación e las tribus de América, indagando en el viento pampeano, los avances de la conquista. Si la borrasca llega del norte. Meuller-el dios de los vientos-arrastra los pillanes a la derrota entonces procuran darles esfuerzos con voces alentadoras, diciendo: ea yabulamien pugnamutun que quiere decir: varones ,echad pie a tierra y tened esfuerzos.
Si por el contrario el viento corre de sur a norte, el dios de los vientos protege a los suyos que llevan la mejor parte en la pelea y los animan a voces diciendo: inabimnm, puen, ling, bimm, urguilbimn: "seguidlos, seguidlos, varones, matadlos, no les tengáis lastima". En estas líneas se revela la tradición caucana de su carácter belicoso y heroico.
En las cordilleras –afirma Sánchez Zinny- cohabitan- "las montañas con sus guerreros legendarios, sus héroes y heroínas, acosados por los celos de las divinidades envidiosas; de aquellas montañas sumidas en nebulosas eternas, donde rugen los vientos y repercuten los truenos en los abismos".
Es el espíritu y la voz de la montaña perviven en las leyendas y tradiciones que nacieron de sus entrañas. En el tomo VII de la colección "cuentos y leyendas populares de la argentina" compiladas por Berta E Vidal de Batín se destina a una sección especial a leyendas de piedras y cerros .la autora comenta en una nota que "los 56 relatos de las leyendas de piedras y de cerro presentan, al mismo tiempo que una similitud compleja de elementos en cada versión. en buen numero son leyendas explicativas, etiológicas como la del niño de piedra y la piedra del portezuelo. En su casi totalidad son lugares y accidentes del terreno encantados o poseedores de potencias mágicas como los cerros malos que pueden favorecer o perjudicar al hombre .todas estas leyendas están afirmadas por creencias locales…"
La columna vertebral de nuestros mitos tiene su orden y su caos en el corazón de cientos de montañas de nuestra tierra. La piedra del Bajo del Gualichú que exigía el pago de un tributo al paso por sus inmediaciones. La mujer convertida en piedra junto con su niño para escapar de su marido furioso y borracho en las inmediaciones de la Piedra del Portezuelo como cuentan en Ambate, Catamarca .los remolinos enloquecidos que nacen de la crispada Cuesta del Viento cerca de Jachal, San Juan. los enojos del cerro Chañí en Jujuy, celoso guardián de un cementerio prehispánico , que echa a rodar guijarros o a soplar viento blanco cuando alguien mata vicuñas. El cerro guairaguasi (Casa del viento, en quechua),cuna del viento en cochinota, Jujuy. Los lamentos y los lúgubres tañidos del cerro campanario en Mendoza.

Salta: esculpiendo la montaña
La investigadora Ercilia Navamuel ha realizado durante 10 años un exhaustivo relato del arte rupestre e la Provincia de Salta como investigadora del Museo antropológico .en su ponencia realizada en las jornadas internacionales de arte rupestre (salta/1997) comenta que <>.
En su estudio identifico cinco zonas de arte rupestre en el territorio salteño .en la puna abundan los petroglifos realizados con la técnica del picado y escasean las pinturas .en los valles y quebradas abundan también los petroglifos realizados con la técnica del picado con superposición de figuras con as técnica de raspad fino lineal .los sitios con pinturas se presentan en menor proporción. En la tercera zona, que es e transición, solo se hallaron pinturas en petroglifos, en la región subandina halo petroglifos y pinturas e el mismo sitio y, además, grabados realizados con técnica de picado profundo y ancho .por ultimo al regio del chaco salteño resulto la menos explorada donde se hallaron sitios con pinturas.
La investigadora considera que el estudio del arte rupestre "permite penetrar en ámbitos que suele ser escasa la información desde las demás fuentes. Deben ser considerados códices que atesora importantes aspectos del pasado, siendo los mas delicados en su

¿Qué colores ofrecía ese mundo de piedra y perfiles rocosos? ¿De que materiales se desprendía los matices de luz y sombra que encendían y apagaban las siluetas rupestres?

Tratamiento y conservación de allí la necesidad y urgencia del registro documentado de los sitios de arte rupestre .para la interpretación de los sitios se recurrió a la mitología, tanto de origen andino como de la selva, registrado en bibliografías o trabajos de campo…"
Los testimonios encontrados son expresiones culticas y a cada uno es un espacio sagrado ene. Que se realizaron ceremonias religiosas de tipo agrarias, propiciatorias de la fecundidad y la lluvia, efectuadas por pueblos agrarios pastoriles (900 al 1600 d.C.)
En cualquiera de estos relevamientos vuelven a descubrirse el espíritu de la montaña y sus moradores, su fauna, su mitología y sus cosmogonías. por ejemplo, el sitio rupestre de Las Juntas que cobija a los tres morros de Guachipas, ofrece un repertorio técnico y temático que nos permite entrar en aquellas edades del tiempo .se trata de tres morros con aleros en donde se realizaron pinturas y labrados. los motivos hallados son tan diversos como laberintos anquenidos, felinos, hombres rectangulares y lineales, cetros, tocados en plumas, cruces auroleadas, orantes, paralelas, astros, árboles, ovalados concéntricos, círculos, arcos, flechas y mascaras felinas.
El soporte de estos motivos son muros rocosos muy porosos de los socavones y aleros con presencia de feldespatos. Las pinturas, por lo general se trata de ocres naturales, pero también hay tintas naturales elaboradas a partir de elementos vegetales y minerales .las tintas debieron ser liquidas ya que se ven muy penetrados e los granos de roca. para fijar los colores se empelaron, probablemente savias vegetales de algunas plantas, especialmente cactus y otras sustancias grasas como miel y leche.

¿Qué colores ofrecía ese mundo de piedra y perfiles rocosos? ¿de que materiales se desprendían los matices de luz y sombra que encendían y apagaban las siluetas rupestres? los productos tintóreos se originan del mismo entorno natural. el marrón oscuro, los ocres naturales, son tintas logradas con nogal, algarrobo, semilla de tusca y corteza de mistol. Los marrones rojizos se forman con ocres naturales con oxido de hierro, el beige, con arcillas y margas .e l amarillo se componía con arcillas y tintas vegetales., el negro provenía del carbón, del negro humo, tintas con grafito, oxido de manganeso y plomo. el color blanco, con escayolas o yesos y carbonatos y, el rojo formado por ocres naturales provenientes del oxido de hierro, savia de quebracho y molle.
En cuanto a la técnica de aplicación o se encontraron evidencias de preparación previa del soporte para optar. se encontraron superposiciones de motivos que permiten distintas fases: en un primer paso se observan trazos anchos e irregulares ,realizados con el dedo en un segundo plano de superposición, se encuentra trazos mas finos y regulares, con utilización de un instrumento que bien pudiera ser un hisopo o una varita ,envuelto en uno de sus extremos.

Leer e interpretar el espíritu de piedra
Las pinturas y grabados rupestres constituye en el estudio de la prehistoria europea, un elemento de gran importancia para determinar las diversas culturas y épocas .en América son tan abundantes, que se puede decir, que o existe territorio donde se halle rocas e cuevas en que no las presenten.
En la Argentina se conocían desde hace mucho tiempo multitud de pinturas y grabados rupestres, pero también se los interpretaba a todos como relativamente recientes.
En un abstract ofrecido en (Webs.satlink.com/usuarios/e/estudio3/talampa) se comenta "que en nuestro noroeste, sacando las escenas de caza y de guerra, el esto de las pinturas se refieren a los animales míticos o escenas de contenido religioso. estas están imbuidas de un profundo sentido de trascendencia cuya expresión visual debería impactar enormemente en la tribu.
En la liturgia romana de la primera hora del cristianismo, encontramos símbolos que poco y nada dicen a los profanos, pero si a quienes los conocen. de una u otra forma os muestran la riqueza que contenían los grabados que en ls catacumbas representaban a Cristo por medio de un pez o un cordero, reproducidos con gran esquematización.
Pero los indígenas una representación abstracta estaba mas acorde con la capacidad receptiva de pueblo, acostumbrado a recibir el contenido emocional de los conocimientos por medio de gestos o movimientos corporales, acompañados de llamativas expresiones fonéticas.
En la puerta de talampaya si bien hay muchas manifestaciones de este tipo, es muy riesgoso adelantar su contenido interpretativo ya que este estilo se refiere a una rica simlogía ritual. pero podemos asegurar que el contenido de los rasgos de un grabado abstracto significa para los todo un mensaje o enseñanza"

En la patagonia
En la monografía "estilos de arte rupestre en la patagonia" de Osvaldo Menghin se clasifican los estilos artísticos rupestres en siete conjuntos distintos de los cuales son importantes tres primeros.
El primer estilo es de los negativos, tiene como principal característica la representación de manos pintadas, generalmente hecha en forma negativa o sea poniendo la mano contra la pared de la roca y pintando su contorno es típico de épocas primitivas de las cultura auriñacense de la prehistoria europea de comienzos del paleolítico superior, se acompañan en la patagonia de algunas sencillas líneas rectas y onduladas o sea unos 9000 años antes de estar Era. De la prehistoria Europa los trazos se hallarían realizados con crayones líticos unifaciales.es decir pulidos o tallados de una sola cara mientras que en nuestro país se trata de una cultura con puntas bifaciales (cultura llamada toldense). de las pisadas.
El estilo artístico siguiente es el de escenas este arte se halla presente, como en nuestro país, en las pinturas rupestres del levante español como así también en el norte de África y que sobrevivió hasta hace pocos siglos entre algunas comunidades bosquimanos .es ágil y predominan las representaciones de movimientos, tanto en los seres humaos como en los animales. en el Perú aparecieron varias de estas pinturas de escena, algunas con notable agilidad y movimiento, muchas de ellas representando una escena de caza de animales que parecen vicuñas; luego en la cueva de Toquepala, en el mismo Perú, aparece otra serie de camélidos y hombres. En el Norte de Chile han aparecido pinturas similares, tales como la reproducción en colores de una serie de guanacos con una agilidad de movimientos sorprendentes. También en la misma región hay representaciones humanas, ágiles, con lanzas en las manos.
El tercer estilo artístico de la patagonia, llamado por Menghin estilo “de las pisadas” es grabado en vez de pintado. Este científico le atribuye ser propio de una antigua cultura de agricultores que llegaría a América hacia el año 1000 de nuestra era.

Al pie de los barrancos, el Río Pinturas, al Noroeste de Santa Cruz se desliza por un cañadón de 170 m. de profundidad. En 1972 un grupo de arqueólogos exploró la caverna y halló un trozo de carbón vegetal que sometido al análisis de carbono 14 fijó la antigüedad en 7350 años a.C.
Estos frescos representan imprentas de manos en negativos y en positivos, en colores rojos, ocres, amarillos, verdes, blancos y negros, así como variados dibujos.
Sobre una barranca del cañadón se encuentran las famosas cuevas y aleros que el padre Agostini describiera por primera vez en 1941. Guardaban ciertas improntas de manos y otros motivos, como figuras humanas y guanacos en escenas de cacería. Corresponden a distintos períodos de entre 9300 y 3000 años de antigüedad.
En el trabajo monográfico “Comarca Andina Paralelo Cuarenta y do Protección y conservación del Arte Rupestre” publicado en el Nº 19 de la Revista Noticias de Antropología y Arqueología, se detallaban los motivos del deterioro del arte rupestre.
Dos grandes causas conducen al desgaste de nuestro patrimonio. Por un lado los factores naturales y por otro los actos propios de vandalismo de turistas, visitantes o exploradores furtivos.
En el l primer grupo de factores se encuentran las acreciones cristalinas en calcitas, factores biológicos como la invasión de líquenes y algas, la frotación producida por el paso del ganado trashumante. También inciden la afectación de distintas fuentes de calor, tanto por la acción del fuego como por las radiaciones solares y los efectos del viento que conducen a la abrasión de las superficies rocosas talladas o pintadas.
En el segundo grupo, los actos de vandalismo pueden ser por la acción directa o indirecta. En el primer caso se encuentran los graffitis, tizados, desprendimientos, y humedecimientos. Entre los efectos indirectos figuran: el fuego y el agua que producen exfoliaciones y desprendimientos.
Como vemos queda mucho por hacer en cuanto a la conservación de nuestro patrimonio rupestre. Conservación que no demanda sólo más presupuesto sino una política cultural continua que no deje librada a la buena voluntad de investigadores y estudiosos la valoración de este material inestimable: estudio e investigación para relevar y conocer el arte prehistórico argentino, divulgación y educación social para evitar la depravación y la destrucción de este legado.
El hombre prehistórico argentino ha escrito mensajes en la piedra que aún no hemos leído. Hay mucho que aprender y hacerlo puede ser un desafío apasionante para las próximas generaciones y este patrimonio merece llegar a ellos intacto. .
Este apunte ha sido tipeado muy gentilmente la alumna Clara Guillén de 2º A a quien le agradezco su tiempo y buena voluntad